El niño de la calle se acerca al coche para pedir dinero, pero cuando mira adentro estalla en lágrimas

John Thuo es un niño como otros tantos que vive en las calles de Nairobi, Kenya. No tiene familia ni un techo que lo proteja. A veces pasa días sin comer nada y otros tantos se alimenta de las limosnas que las personas le dan en los semáforos. Cuando la luz se pone en rojo, él y otros tantos niños desamparados se paran en las ventanillas de los automóviles esperando que se compadezcan de él y le regalen unas monedas para alimentarse.

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Esta es la manera en que John conoció a Gladys Kamande, y desde aquel encuentro las vidas de ambos cambiaron radicalmente.

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Gladys bajó la ventanilla y entonces dejó ver a John como lucía; para poder respirar, Gladys requería llevar consigo varios aparatos a causa de un colapso pulmonar que había sufrido hace un par de años. John no se explicaba el tanque de oxígeno y el generador, pero quedó sorprendido al ver a la mujer llena de mangueras conectados a estos aparatos.

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A sus 36 años, Gladys ya había pasado por más de 10 cirugías y aun le hacían falta más; las consecuencias de estas habían sido fatales para ella pues una le terminó rompiendo el nervio óptico y debido a ello había perdido la vista del ojo izquierdo. Gladys estacionó su coche y John no pudo evitar seguirla y cuestionarla sobre el funcionamiento de los aparatos, continuaba siendo un niño y todo aquello le despertó gran curiosidad. Gladys conmovida de verlo tan solo y en esas condiciones, le contó su historia, misma que hizo llorar a John y le hizo ver que a pesar de que en la calle la vida es muy dura, hay personas que aun teniéndolo todo se encuentran en peores condiciones que él.

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Con toda su inocencia, John le preguntó a Gladys si podía hacer algo por ella y ella sólo le pidió hacer una oración en conjunto, a la cual aceptó encantado John. Luego de rezar, él decidió regalarle todo el dinero que había juntado durante la mañana, pues pensó que de algo le serviría, total, había días en que no comía nada pero deseaba ver mejor a la mujer que tanto lo había conmovido con su historia.

Lo mejor de esta historia es que un curioso hombre que los había estado observando desde que Gladys estacionó su coche, les sacó una fotografía y contó la historia en internet con el fin de encontrar la forma de ayudar a ambos. Esta conmovió a millones y entonces gracias a la bondad y gran corazón de John, se creó una campaña que recaudó más de 80.000 dólares para costear el tratamiento de Gladys.

La vida de esta mujer había cambiado gracias a la bondad de un gran chico y ella en agradecimiento y por esa increíble conexión que sintió con él, decidió adoptarlo y sacarlo para siempre de las calles.

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Ahora John asiste a un colegio, tiene todas las atenciones que una madre da a su hijo, amor, alimentación, cuidados y todo ello lo obtuvo mostrando del oro con que estaba hecho. Su bondad en aquella ocasión lo llevó a obtener todo lo que siempre soñó. Gladys pese a su condición ha hecho todo lo que está en sus manos por sacarlo adelante y juntos han formado una familia.

A pesar de la vida tan dura que llevan los niños de la calle, muchos no pierden ni su bondad, ni su inocencia ni su gran corazón y eso definitivamente es de admirar ¿no crees? COMPARTE esta magnífica historia, no todos los días se sabe una noticia tan maravillosa.

Fuente: porquenosemeocurrio


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