Cómo destruímos nuestra vida sin siquiera darnos cuenta

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A veces nos parece que nuestra vida no marcha bien, y estamos listos para cambiarlo todo, pero no sabemos qué. Te invitamos a leer este artículo que te ayudará a salir de esa trampa invisible.

— La vida no es como una línea recta. Ni se trata de un conjunto de horarios y gráficos. No tiene nada de malo que no hayas acabado tus estudios al cumplir cierta edad, o no te hayas casado, encontrado un trabajo estable, o hayas empezado tu propia familia, etc. Va muy bien entender que si no te has casado a tus 25-30, no te has convertido en vice presidente a los 33, o aún no has encontrado la felicidad a X edad nadie va a juzgarte (y si lo hacen no importa, porque es tu propia vida, no la de alguien más).

Puedes retroceder en cualquier momento, puedes detenerte y encontrar lo que te inspira; tienes derecho a tomarte un tiempo. Por alguna razón muchos lo olvidan.

Aún estando en la escuela empezamos a planear nuestra vida, y como dicta el plan, nos inscribimos en la facultad. Siendo estudiantes universitarios pensamos en elegir un trabajo, e incluso si no nos gusta mucho el plan que tenemos para nuestra vida, seguimos adelante porque ya le hemos dedicado tiempo. Cada mañana nos levantamos y vamos a ese trabajo porque debemos respaldar la desición que tomamos un día, y así damos un paso tras otro pensando que estamos tachando tareas en la lista de comprobación de nuestra vida. Pero un buen día nos despertaremos sumergidos en la más profunda depresión, un día sentiremos que hay algo que nos presiona y no nos deja vivir, pero no sabremos de qué se trata. Así destruímos nuestra vida.

Destruimos nuestra vida eligiendo a la persona incorrecta. ¿Por qué sentimos esa necesidad de acelerar las relaciones? ¿Por qué estamos tan obsesionados con la idea de estar con alguien y no la de -ser- alguien? Créeme, el así llamado amor que “nace“ por conveniencia, aquel que florece junto a la necesidad de dormir con alguien, y el que está ahí para satisifacer nuestra necesidad de atención y no nuestros verdaderos sentimientos, no es el tipo de amor que nos inspirará a despertarnos a las 6 de la mañana y abrazar a esa persona que duerme al lado. Intenta descubrir ese amor que te hace ser mejor persona, no te enceguezcas con un ”no quiero dormir solo”. Pasa tiempo contigo mismo, come solo, duerme solo y dentro de algún tiempo descubrirás cosas nuevas e interesantes sobre ti, cosas que ni sospechabas; crecerás como persona y encontrarás lo que te inspira, podrás ser quien domine tus sueños y creencias. Cuando finalmente encuentres a esa persona que haga que cada una de las células de tu cuerpo baile, te sentirás seguro de él o ella, porque tendrás seguridad en ti mismo. Espera. Te pido que esperes ese amor, luches y te esfuerces por él porque el verdadero amor es una de las cosas más maravillosas que puede sentir tu corazón.

Destruimos nuestra vida al permitir que el pasado tenga el control sobre nosotros. En la vida muchas cosas pasan y pasarán, esa es su principal característica: desengaños, frustraciones, dias en los que te sientes inútil, pareciera que esos momentos y palabras vinieron para quedarse, pero no debemos permitirles controlarnos por cuanto son sólo palabras. Si le permites a cada situación desagradable ser el prisma que defina tu percepción de las cosas, verás el mundo de forma negativa e incorrecta; si lo permites corres el riesgo de estancarte en un mismo lugar durante años por estar convencido, por ejemplo, de que eres tonto; dejas pasar el amor porque sientes que tu ex pareja te dejó por no ser lo suficientemente bueno y ahora no crees en las mujeres (o en los hombres). Es como un círculo vicioso. Si no te das la oportunidad de dejar atrás tu pasado, lo que ocurrió en algún momento, lo que alguien te dijo alguna vez o lo que sentiste, entonces seguirás viendo el mundo a través de la ventana súcia del pasado.

Destruimos nuestra vida cuando nos comparamos con los demás. La cantidad de seguidores que tengas en Instagram no aumentará o disminuirá tu valor como persona; la cantidad de ceros a la derecha en tu cuenta bancaria no tendrá un efecto real sobre tu compasión, inteligencia o felicidad. Alguien que tiene dos veces más propiedades que tú no experimenta un tipo especial de gozo. Estamos atrapados en el mundo falso de las redes sociales y aunque eso seguramente no nos causará la muerte al final del día, sí la destruye poco a poco al crear en nosotros la necesidad de sentirnos “importantes“ y presionar a otros para que también vayan tras ese ideal.

Destruimos nuestra vida al privarnos de las emociones. Tememos decir demasiado, sentir demasiado, y de que las personas se entere de lo mucho que significan para nosotros. Interés no significa locura. Sí, expresar tus emociones por alguien te vuelve un poco más ”vulnerable”, pero no hay nada malo en eso, por el contrario, hay algo de mágia en desnudar el alma y ser sincero con quienes significan algo en tu vida. Deja que tu pareja sepa que él o ella te inspira, dile a tu mamá que la amas aunque estés delante de tus amigos, deja que tu alma viva, no te conviertas en piedra; se valiente.

Destruimos nuestra vida cuando tenemos que soportarla. Cuando nos conformamos con menos de lo que deseabamos inicialmente; destruimos las posiblidades que viven en nuestro interior y es como traicionarnos a nosotros mismos y a nuestro potencial. ¿Quién dijo que el próximo Miguel Angel no está sentado ahora frente a la pantalla leyendo esto y organizando documentos ajenos porque necesita pagar las cuentas o porque trabajar así es más fácil seguir el conducto regular, que ir a seguir sus sueños?. No permitas que eso te suceda, no destruyas así tu vida. La vida, el trabajo y el amor están inevitablemente unidos entre sí. Debemos luchar por tener el trabajo que queremos y un amor excepcional, sólo así entenderemos la diversidad y la felicidad en la vida.

Fuente: genial.guru



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