La Policía rescata a los dos menores rusos, que estaba sin escolarizar, y detiene a la madre, que consentía su explotación a cambio de alcohol y tabaco.
Con solo 13 años, Tina, como la conocían los vecinos, se ofrecía a hombres mayores en el paseo marítimo de Almería y se prostituía a cambio de 15 euros, una bolsa de comida, alcohol o tabaco, con el consentimiento de su madre alcohólica, y para mantener a su hermano pequeño, de nueve años.
La niña, de nacionalidad rusa como su madre, fue rescatada a finales de enero por agentes de la Policía Nacional junto a su hermano. Ambos pasaban todo el día en la calle, sin escolarizar y abandonados a su suerte, por lo que han ingresado en un centro de menores de la Junta de Andalucía.
Junto a la mujer, en la operación policial han sido detenidos un hombre de 59 años que según los investigadores mantuvo relaciones sexuales con la niña en bastantes ocasiones, y un hostelero de 32 años que presuntamente contrató a la menor para que trabajara durante unas semanas en su negocio por cinco euros al día. El Juzgado de Instrucción número cinco de Almería ha dejado en libertad con cargos a la mujer, que sigue investigada por delitos de prostitución y abandono de menor, al tiempo que se le ha impuesto una orden de alejamiento respecto a sus hijos -la Policía ha pedido también a la Junta que se le retire la patria potestad-, mientras que ha ordenado el ingreso en prisión provisional de la persona que supuestamente abusó de la menor. El empresario también ha quedado en libertad con cargos, investigado por un delito contra los derechos de los trabajadores.
La investigación comenzó el pasado 17 de enero, cuando la Policía recibió una información confidencial de un vecino de la zona acerca de una mujer que vivía en un edificio junto al paseo marítimo y que ofrecía a hombres la compañía de su hija de 13 años de edad.
Inmediatamente se desplegó un dispositivo de vigilancia, que sirvió a los agentes para constatar que la madre, también de nacionalidad rusa, mandaba a sus dos hijos a la calle desde primera hora de la mañana, y exigía a la niña que consiguiera comida, alcohol y tabaco de la manera que fuera. Incluso llegaba a maltratar a la niña y pegarle palizas cuando no le llevaba nada. Los policías confirmaron que los dos menores pasaban prácticamente todo el día en la calle, abandonados y sin escolarizar, y pudieron conocer también que la niña se había puesto en contacto con un vecino que vive en una casa cercana, con antecedentes por abusos sexuales a menores, con quien habría llegado a un acuerdo para mantener relaciones sexuales a cambio de 15 euros o de comida. Para ello, el hombre se llevaba a la menor a su vivienda y tras abusar de ella se dirigían a un supermercado y le compraba una bolsa de comida, aunque la madre prefería tabaco y, sobre todo, alcohol, debido a su alto grado de dependencia.
En su vigilancia, cuando los agentes vieron que la niña entraba en la casa con el hombre, acudieron inmediatamente y forzaron la puerta para rescatar a la víctima y detener al individuo. Entre sus pertenencias encontraron fotos de contenido sexual de la menor.
Fuentes policiales han informado de que la madre no solo sabía que su hija se prostituía con este hombre, sino que también le decía a él que si no le entregaba comida, tabaco y alcohol no seguiría consintiendo esa situación. La madre también obligaba a su hija a responsabilizarse por completo de su hermano pequeño, que es de nacionalidad española, pues nació en España y su padre es español, aunque no se ocupaba de él. El padre de la niña, que era ruso, falleció hace años.
Abandonados
Vecinos del paseo marítimo de Almería han confirmado a EL MUNDO que los dos hermanos vagabundeaban desde hace al menos medio año durante todo el día por la zona, pidiendo dinero y comida en bares y restaurantes o a los transeúntes. “Los dos se pasaban el día entero en la calle, y sobre todo el niño estaba siempre muy sucio y era normal verle meses enteros con la misma ropa”, explica Alejandro, camarero de un bar. También asegura que la niña pedía dinero y se “ofrecía” a hombres mayores y pescadores en la zona de El Palmeral, y que esto era algo conocido por mucha gente en el barrio. Él mismo afirma que llamó hace cinco meses a la Policía Local para advertirles de su abandono, y de que ese día estaban tirando piedras a las personas que circulaban en bicicleta por un carril bici. Los agentes tomaron nota y agradecieron el aviso.
El joven dependiente del bar doner kebab ‘Taj Majal’, especializado en tapas indias, era una de las personas del barrio que mejor conocía a los niños, a los que dejaba entrar en su establecimiento y les daba patatas fritas o porciones de pizza, sus comidas favoritas, cuando tenían hambre. Según dice, la niña se llama Tina y su hermano Alex. “El llevó durante todas las semanas más frías del invierno una camiseta de manga corta y siempre estaba tiritando”, dice. El joven asegura que hace unos pocos días se presentó la madre con un hombre marroquí a comer unas tapas y que él le preguntó por sus hijos, pues no les veía desde hacía tiempo -pues ya estaban en un centro de la Junta. “Me dijo que estaban fuera”. Los vecinos confirman también que la madre de los niños tiene una fuerte dependencia del alcohol y que cuando se la ve por el paseo siempre está muy descuidada y mal vestida, como los menores.
El inspector Daniel Pérez, principal responsable de la operación policial, ha informado de que la progenitora de la menor prestaba “implícitamente a su hija para conseguir alcohol y utilizaba a la chica como moneda de cambio”, si bien de las actuaciones practicadas no se ha derivado que tuviera “un conocimiento preciso de lo que ocurría, puesto que estaba fuertemente alcoholizada”.
Fuente: elmundo