El sol genera la electricidad en la casa malagueña de los Torres. En este hogar, se produce más de un 40% de la energía que necesitan. Además, en el año que llevan fuera de la red comercial nunca se han quedado sin electricidad.
Miguel Torres pretende demostrar con su iniciativa que otro modelo energético es posible. Su casa, en la urbanización Balcón de Olletas, se ha convertido en uno de los primeros ejemplos de disidencia y rebeldía energética en Málaga. Su revolución: liberarse de las compañías eléctricas y volverse autosuficiente gracias a una instalación fotovoltaica en su azotea.
Torres, un ingeniero que lleva más de veinte años trabajando en el sector de la construcción, instaló un sistema compuesto por 18 módulos fotovoltaicos con 4,2 kilovatios de potencia pico; dispone además de colectores solares para calentar el agua. Aún en el invierno, el sistema ha funcionado perfectamente.
«No nos hemos quedado en ningún momento sin electricidad. Si hay sol, producimos un 40% más de energía de la que consumimos. Y si no hay, las baterías nos dan una autonomía de cuatro o cinco días»
Otro motivo que llevó a este padre de familia a dar el salto hacia la sustentabilidad fue el querer ser ejemplo para el resto de la sociedad. Actualmente ha creado su propia empresa, ATEPO, dedicada a prestar asesoramiento sobre energías renovables.
«Si yo mismo no pongo en práctica lo que quiero vender, ¿qué credibilidad tengo?», afirma.
La familia Torres consiguió una subvención del Plan de Apoyo a la Construcción Sostenible que cubrió el 80% del presupuesto (unos 20.000 euros). El ingeniero tiene calculado que amortizará la inversión en cuatro años, puesto que pagaba unos 100 euros mensuales de luz. Su historia nos inspira y nos alienta a romper con nuestra dependencia de las grandes empresas y transformarnos en productores de nuestra propia energía.
«Ojalá nuestro granito de arena sirva para que cambien las cosas y se impulse el autoconsumo eléctrico en los hogares, pero el autoconsumo conectado a la red, que es el realmente interesante porque así podríamos inyectar la energía que nos sobra para que la usen otros».
«Me llamaron loco muchas veces; pues este loco lleva un año sin pagar a Endesa».
¡Vivan los Torres!
Fuente: muhimu