Un grupo de chimpancés asesina y canibaliza a su líder tiránico

Es extremadamente raro que ocurra

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La escena era dura de contemplar: el cuerpo tenía graves heridas y, a pesar de llevar horas tirado en el suelo de la sabana senegalesa, todavía sangraba. La víctima era un chimpancé llamado Foudouko. Había sido pisoteado, apalizado con piedras y palos para acabar siendo canibalizado por su propia comunidad.

Este es uno de los únicos nueve casos conocidos en el que un grupo de chimpancés ha matado a un miembro de su propio clan.

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En general, los chimpancés siempre viven en grupos en los que hay más hembras que machos, pero en este caso, la situación era la inversa.

“Cuando inviertes la proporción y tienes casi dos machos por cada hembra, se intensifica mucho la competición por reproducirse. Este parece un factor clave aquí”, explicaba Michael Wilson, de la universidad de Minnesota.

Jill Pruetz, científico de la Universidad Estatal de Iowa que lleva estudiando a los chimpancés en Senegal desde 2001, está de acuerdo. Añade también que la influencia humana tiene bastante que ver en todo esto, ya que, en Senegal, las hembras de chimpancé son capturadas con el objetivo de vender sus crías en el mercado ilegal.

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Hace 13 años Foudouko era el líder de un clan de chimpancés estudiado por el Fongoli Savanna Chimpanzee Project. Como macho alfa, era “bastante tirano”, dice Pruetz.

Foudouko consiguió su estatus durante la pubertad y gobernó junto a su mano derecha, un chimpancé llamado Mamadou, que era el macho beta. En 2007, Mamadou se lesionó gravemente y se mantuvo separado del grupo durante semanas. Cuando regresó tuvo que hacerlo adquiriendo una posición más baja en la jerarquía social.

Ahora que Fouodouko no contaba con el apoyo de su camarada, fue desplazado por los demás, por lo que pasó años viviendo en soledad. En 2013, Mamadou recuperó su posición de macho beta gracias a que su hermano, David, había logrado convertirse en alfa.

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Reaceptaron a Foudouko de vuelta, aunque a los otros miembros del grupo no les hacía demasiada gracia.

“Resulta que hay cinco machos jóvenes, todos ellos luchando por la jerarquía, y ninguno de ellos querían dejar a Foudouko volver”, dijo Pruetz. “Estaba tratando de volver a su rango alto, algo que fue bastante estúpido por su parte”.

Una mañana, Pruetz y sus compañeros escucharon fuertes gritos de los chimpancés. Cuando se acercaron allí a la noche, encontraron a Foudouko lleno de heridas, con daños en los órganos internos y el ano desgarrado.

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Cuando ya estaba muerto, el grupo siguió abusando de su cuerpo, lanzándole rocas y golpeándolo con palos, llegando incluso a comer parte de su carne. Según Pruetz, desde la muerte de Foudouko, Mamadou ha sido expulsado del grupo por los mismos machos jóvenes que atacaron a su amigo.

Fuente: playgroundmag


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