En el cole nos enseñaron que el agua tiene tres estados: líquido, sólido y gaseoso. ¡Meeeeeeec! Error. El agua tiene una cuarta fase que se conoce como “EZ” (exclusion zone).
Este fascinante descubrimiento llevado a cabo por el equipo de Gerald Pollack, autor del libro “La cuarta fase del agua. Más allá del sólido, líquido y vapor”, conlleva miles de posibles aplicaciones y entre ellas, lo increíble: la capacidad de funcionar como el nuevo combustible… ¡para coches!
¿MOVER UN COCHE CON AGUA?
La respuesta es sí. Es posible, es real, se llama Quantino y está dando mucho que hablar… ¡Y lo que queda todavía!
El Quantino consta de dos depósitos de 350 litros en total, uno con 175 litros de carga positiva y el otro con 175 de ella negativa que al mezclarse generan una reacción capaz de proporcionar energía a unas baterías colocadas en el vehículo.
Aunque no es algo nuevo, puesto que la NASA y la marina estadounidense llevan años trabajando en esta tecnología, para los chicos de QUANT este coche es mucho más que un proyecto. Tanto es así que la previsión pasa por lanzarlo muy pronto en Alemania y quieren que sea un coche para todos. ¡Sí, un coche para todos! ¿Quieres ver un adelanto? Mira, mira…
1.000 KILÓMETROS DE AUTONOMÍA
La combinación de los líquidos iónicos genera la reacción que aporta la energía necesaria para los 136 cv del Quantino. Eso sí: 136 caballos con hasta 1.000 kilómetros de autonomía, 200 km/h de velocidad máxima… ¡y por solo unos 30.000 euros!
Sin duda, el Quantino tiene todo lo que le convierte en alternativa a cualquier vehículo eléctrico, como sus primos, los Quant E y Quant F. No solo es innovador, sostenible, potente y con una autonomía más que respetable sino que más allá de lo técnico sorprende por su estética revolucionaria: diseño afilado, colores intensos, llantas de aluminio de 22 pulgadas…
LA AUSENCIA DE ELEMENTOS DE ALTO VOLTAJE, LA CLAVE
El vehículo prescinde totalmente de elementos de alto voltaje, ya que el funcionamiento se realiza por completo a través de sistemas de bajo voltaje con los que suma más y más ventajas: se abarata el coste de producción, acelera el proceso de homologación del producto y sus distintos componentes y facilita el cumplimiento de las medidas de seguridad, por el muy bajo riesgo que este tipo de tensión representa.
¿Te lo imaginas? Pronto, muy pronto circularemos con coches movidos por electricidad… ¡o por agua de mar! Las anguilas, la raya y el pez gato eléctricos están seriamente preocupados por la evolución de este coche. ¡No nos extraña nada… y, de hecho, nos encanta: lo reconocemos!
Fuente: bioguia