Creemos que las personas que tienen actos bondadosos no por interés sino de todo corazón, tarde o temprano recibirán una recompensa por sus buenas acciones.
Y, posiblemente, serán recompensados mucho más de lo que se pueden imaginar, como, por ejemplo, el camarero de Texas llamado Kasey Simmons.
Kasey trabaja en la cafetería «Apple Bees» en Dallas y, según sus compañeros, le gusta regalar alegría a la gente. Sin embargo, hace poco recibió una gran sorpresa.
Una mujer llegó a la cafetería y pidió lo más económico que había en el menú: un vaso de agua en 37 centavos, pagó rápidamente y abandonó el lugar. Evidentemente, solo fue un pretexto para dejar una propina generosa de 500 dólares a un camarero quien al principio no entendió cómo fue que mereció un regalo como ese.
La mujer también dejó sobre la mesa una servilleta sobre la cual escribió sus motivos. Resulta que ese mismo día Kasey encontró en un supermercado a una señora de la tercera edad muy triste, intentó animarla e incluso pagó sus alimentos. «Solo fueron alrededor de 17 dólares, pero el dinero no importa, quería demostrarle que me importó lo que sentía», dice el joven.
Aquella señora resultó ser la mamá de la generosa clienta de la cafetería, y aquel día estaba envuelta en llanto debido al aniversario del fallecimiento de su marido. Nadie le prestó atención, sólo Kasey Simmons. Sus palabras cálidas la ayudaron mucho más de lo que esperaba.
Esto decía la nota:
«El día más difícil del año se convirtió en un día bonito para mi mamá, y todo gracias a ti. Pagaste sus compras y le dijiste que era una mujer muy bonita. Después de la muerte de papá nunca sonreía tanto como hoy. Mi mamá no pidió ayuda pero la hiciste feliz un año por adelantado».
Fuente: genial.guru