- Erikas Plucas encontró el animal asustado y desnutrido frente a su casa y lo crió hasta que se recuperó para devolverlo a su hábitat.
Erikas Plucas, un joven lituano, encontró una cría de alce frente a su puerta. El animal estaba aterrado, hambriento, sucio y rodeado de moscas pero su débil estado de salud no le permitió huir cuando el chico intentó acercarse para recogerlo. Plucas se dio cuenta de que el alce había se quedado huérfano -seguramente porque los cazadores habían matado a la madre- y decidió cuidarlo. Era una hembra y el joven la bautizó con el nombre de Emma.
Después de rescatar el animal, Plucas contactó con los servicios de animales y pidió consejo a algunos amigos, pero la respuesta de todos fue que debía dejar que la naturaleza se encargara de Emma. Con este panorama, el joven decidió no escuchar a las voces que le aconsejaron abandonar el alce y trató de alimentarla con biberones de leche y no cesó en su empeño por hacerla comer.
Cuando los agentes forestales visitaron a Emma le explicaron al joven que en Lituania no existe una institución especial que se encargue de cuidar a de los animales salvajes huérfanos, que se llama cazadores locales y se les pregunta si se quieren hacer cargo. Ante esta opción el chico solicitó quedarse él mismo con el alce y se los agentes le dieron permiso.
Desde entonces, Plucas alimentó a Emma cada cuatro horas durante las primeras semanas e incluso durmió en su establo cuando el animal lloraba de miedo. A medida que el animal iba creciendo, el joven empezó a dar paseos con ella por la naturaleza con la esperanza de que se familiariza con el entorno y aprendiera a encontrar comida por su cuenta para devolverla a su hábitat natural.
Plucas explica a Dodo que las primeras veces que Emma entró en el bosque estaba muerta de miedo. La relación de confianza y amistad con su cuidador hizo que el animal consiguiera vencer el miedo y con el tiempo ella misma consiguió ir sola e incluso empezó a pasar noches fuera de casa. En ese momento, Plucas entendió que Emma estaba preparada para volver a la naturaleza.
El chico ahora sólo está preocupado por el futuro de Emma, ya que teme que pudiera correr la misma suerte que la madre del alce, muerta por los disparos de los cazadores. Además, el joven sospecha que Emma podría estar embarazada.
A pesar de que Emma se ha recuperado del todo y vive feliz en el bosque, regresa cada día a casa de Erikas Plucas para estar con su amigo, el chico que la salvó cuando era sólo una cría que se había quedado huérfana y que estaba a punto de morir de hambre.
Fuente: lavanguardia