Decía el escritor francés Daniel Pennac sobre el fomento de la lectura que “El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo”. No puedo estar más de acuerdo con él, pues la lectura como el amor, no pueden ser una obligación. Un error que la educación reglada suele cometer.
Personalmente he sido un lector voraz y a la vez uno horrible, y eso sólo ha dependido de la libertad para elegir mis libros de lectura. Aún recuerdo cómo devoré la saga de “Los cinco” de Enid Blyton en mi niñez, La historia interminable de Michael Ende o las novelas de Agatha Christy. Sin embargo, cuando me obligaron a leer “Niebla” de Unamuno o “El licenciado Vidriera” de Cervantes, casi aborrezco los libros. Entonces, ¿cómo podemos fomentar la lectura?
En vez de gastar miles de euros en campañas de publicidad por radio, prensa y televisión para despertar nuevos lectores, el gobierno municipal de la ciudad rumana de Cluj-Napoca ha puesto en marcha una campaña con la que pretende premiar con el billete de autobús gratis a aquellos pasajeros que aprovechen los trayectos para leer.
Conoce más de esta curiosa iniciativa que está consiguiendo resultados increíbles.
Leer tiene premio.
Leer puede ser una actividad muy enriquecedora y no sólo intelectualmente, ya que en la ciudad rumana de Cluj-Napoca el viaje de autobús fue gratuito para los lectores viajeros que usaron este servicio entre los días 4 y 7 de Julio de 2015.
Si has leído bien, leer tiene premio. Así pues las personas que leyeron un libro durante sus trayectos en autobús se beneficiaron de un billete gratis.
Esta brillante iniciativa es mérito de Victor Miron, un ciudadano rumano que quiere acercar la lectura a todo el mundo.
“Comenté mi idea con nuestro alcalde Emil Boc, quién expuso la idea en Facebook, obteniendo una gran acogida”.
A pesar del interés generado, la idea tuvo que negociarse con las compañías encargadas del transporte público.
“Tras un año de duras negociaciones conseguimos hacer realidad nuestra idea”.
Premiar al bienhechor es una idea fresca y brillante, que bien podrían copiar otros gobiernos, quienes suelen basar su política de forma exclusiva en la multa o castigo al infractor.
Fuente: Kike Pérez/lavozdelmuro