Te preocupas por tu bebé desde el mismo momento en que decides ser mamá. Por eso te encantaría saber qué siente cuando está dentro de ti.
¿Lo tranquilizan mis caricias?
El tacto es el primer sentido que el feto pone en funcionamiento. Hacia la mitad del embarazo, toda la piel y las mucosas reaccionan plenamente ante la estimulación táctil, pero ya desde el inicio de la gestación el futuro bebé tiende a alejarse de las paredes del útero, si casualmente las roza.
A partir del sexto o séptimo mes, si se toca la cara con las manos, acerca la cabeza hacia ellas, abre la boca y se chupa el dedo. También es capaz de diferenciar las texturas de las paredes de la bolsa amniótica, del cordón umbilical y de su propia piel. Ya le gusta que le mimes, pues reacciona cuando acaricias o presionas tu pancita.
¿Se disgusta si estoy triste?
Las emociones de la madre provocan cambios hormonales que pueden afectar al feto, tanto física como emocionalmente. Está comprobado que cuando la embarazada sufre una angustia importante y continuada en el tiempo, se liberan en su organismo unas sustancias tóxicas llamadas catecolaminas que pueden provocar el adelanto del parto y propiciar que el niño nazca con bajo peso.
Ahora bien, el hecho de que ciertos estímulos pongan triste o alegre al futuro bebé durante su vida en el vientre materno es muy difícil de demostrar.
Fuente: padresehijos