¿Quien dijo que los libros para colorear eran sólo para niños? El pasatiempo de pintar dibujos ha ganado popularidad en el último tiempo, así lo demuestra el hecho de que los seis libros más vendidos de Amazon son libros de colorear para adultos.
La mayoría de la gente que elige colorear lo hace porque es un medio fácil de expresión, que además permite desestresarse de la rutina.
¿Pero podría ayudar tanto como la meditación?
Según los sicólogos, colorear ayudaría a aliviar la tensión y la ansiedad, ya que desbloquean recuerdos de la infancia, de tiempos más simples.
“Lo recomiendo como una técnica de relajación. Podemos utilizarlo para entrar en un estado más creativo, más libre. Debe hacerse en un ambiente tranquilo, incluso con música chill. Hay que dejar que el color y las líneas fluyan “.
-Antoni Martínez, psicólogo-
La psicóloga clínica Ben Michaelis y Souris Hong, autora del libro para colorear de adultos éxito en ventas “Fuera de lineas”, también coincidieron en los beneficios que traería colorear. Al igual que la meditación, sería un método que induce la consciencia hacia la relajación.
“Hay una larga historia de gente que colorea por razones de salud mental. A comienzos del siglo pasado, Carl Jung hizo que sus pacientes colorearan mandalas, con le objetivo de que se centrasen y dejaran al subconsciente fluir. Ahora sabemos que tiene un montón de otras cualidades anti-estrés, así “.
-Ben Michaelis, psicóloga-
¿Y quién sabe más de meditación que los monjes tibetanos?
Los monjes también pintan y construyen Madalas para experimentar una curación tanto a nivel físico como psíquico y espiritual. Pasan días o semanas, “coloreando” laboriosamente con millones de granos de arena sobre una plataforma para crear pinturas de belleza increíble.
Te dejamos el video de una escena de la serie norteamericana “House of card” que ilustra su labor:
Una vez terminada la obra, las arenas de colores son barridas y vertidas en un río o arroyo cercano. El objetivo es simbolizar la impermanencia de todo lo que existe, y fortalecer el valor de no codiciar el resultado de nuestros actos.