Es tu mejor amiga.
Ella es, sin duda, la mejor. Es casi como si fuese tu segunda mamá, pues te cuida y aconseja de la misma manera, pero siempre a tu altura. Es tu mejor amiga y mayor confidente. Puedes ser tú misma y no ocultar nada, porque te conoce perfectamente y sabe lo que piensas y hasta cómo reaccionarás. Vivió contigo increíbles experiencias y ha recorrido el mismo camino junto a ti durante años. Tu hermana grande es el mejor regalo que tus padres podrían haberte dado.
Y quizá en algunas ocasiones puedas odiarla o no compartas con ella, pero siempre buscarás su apoyo incondicional y la capacidad que tiene de hacerte sentir mejor con una sola palabra. Te conoce y te entiende y jamás te defraudará, pues sabe que tú harías lo mismo por ella. Creció contigo y te ha ayudado a crear tu personalidad, a comunicarte mejor con tus padres y a no tener tantas restricciones como ella, pues fue la primera en nacer y te ha enseñado a no cometer los mismos errores.
Ha sido tu ejemplo a seguir en infinitas ocasiones y tu motivo de admiración, porque han estado juntas en cada paso que dan y para ti es un gran orgullo ver cómo ella logra sus sueños y te demuestra que tú también puedes hacerlo y que ella siempre estará presente para apoyarte y empujarte a seguir lo que quieres.
Y, aunque digan que los amigos siempre permanecen a tu lado, no hay nadie que sea más leal que tu hermana grande, pues te apoyará y te seguirá amando a pesar de todo. Pueden discutir un millón de veces si es necesario, pero ese amor único que existe entre hermanas jamás se acaba, siempre perdona y siempre está ahí. Implacable, duradero y capaz de lograr todo lo que se propongan.
Ella ha sido el mejor regalo que podrías tener y, para ella, tú eres la mejor bendición.