Que el niño crezca junto a su tía es un valor seguro. Ser tía, o mejor, ser una buena tía para los sobrinos es garantía segura de que el niño tendrá en ella un referente, una amiga, una segunda madre, un apoyo y una confidente. Y es que ellas disfrutan de los niños sin la presión de educarles.
Muchos tenemos esa tía favorita que está presente en nuestros recuerdos de infancia, ocupa un lugar especial en nuestra memoria y, sobre todo, en nuestro corazón. ¿Eres tu esa tía para tus sobrinos?
Mi tía favorita siempre ha estado presente en mi vida, ha estado a mi lado en todos los momentos importantes y no importantes y es mi referente a la hora de ser una buena tía. Y es que, las tías pueden aportar tantos valores y cosas buenas a los niños que intentar no serlo sería delito. ¿Por qué?
1. Es una segunda madre: no tiene las responsabilidades, agobios y estrés de los padres, y puede acercarse al niño con más paciencia para poder responder a sus necesidades, ya sea para jugar o para escuchar y hablar.
2. Es consejera: puede ser buena mediadora cuando hay algún problema entre el niño y los padres, puede intermediar de forma desinteresada e intentar favorecer a todos, porque lo que quiere es el bien de todos.
3. Es psicóloga: la buena tía vive de cerca el día a día de la familia, conoce bien a sus sobrinos y sabe si están tristes, si necesitan un hombro en el que llorar o un oído para escuchar.
4- Es compañera de juegos y diversión: los padres priorizamos muchas veces las obligaciones y deberes y dejamos en segundo plano la diversión, por eso la tía es esa compañeras de juegos que pueden llevar al niño de viaje, al museo, al cine o a una divertida tarde de bolos.
5- Es amiga: y además esa amistad es desinteresada, no va a fallar al niño, estará siempre que la necesite y durará para siempre.
6- Es detallista: la tía siempre tiene ese pequeño regalo o una sorpresa para agradar al niño, ya sea porque es su santo, ha sacado buenas notas, o simplemente para celebrar que hoy es hoy.
7- Es canguro: los padres muchas veces recurren a los abuelos para cuidar a los niños si van a salir o no pueden estar en casa, y ellos les cuidan con amor, dedicación y cariño. Sin embargo, cuando el canguro es la tía… ella aporta ese punto divertido, loco e inolvidable a las tardes y noches con los sobrinos.
Fuente: guiainfantil/ Alba Caraballo