Ahora bien, si decides NO prestar:
No te sientas obligado a decir sí. Si crees que tu dinero estará en riesgo y no vale la pena, no cedas. Sólo tú sabes cómo están tus finanzas y sólo tú cuidas de ellas. Aprende a decir “no” de manera asertiva. Si quieres algunas disculpas para negarte, directas pero amables, aquí te damos cuatro sencillas:
1. “No tengo dinero, perdón”. Si no tienes presupuesto para préstamos y, por el contrario, tu relación ingreso-gasto es justa, no habrá nada que negociar.
2. “Tengo destinado mi presupuesto para otros planes”. Hacerle saber que, aunque tienes dinero, está comprometido en otro proyecto.
3. “Haré cuentas, y si me es posible me comunicaré contigo”. Sólo en caso de que verdaderamente puedas hacerlo sin comprometer demasiado tu patrimonio, es decir, tomando medidas de seguridad y transparencia. De no ser así es preferible no mentir si en realidad no lo ayudarás, para que busque otra opción.
Es importante también que analices que si un amigo o familiar se enoja contigo porque no le facilitas el dinero, entonces ¿qué tipo de relación tenías con él? Piensa en esto: ¿qué clase de persona dejaría de ser tu amigo porque no le das dinero cuando lo exige? Si la amistad o la relación se rompe por eso, es que no era muy sincera o verdadera. Si están basadas en lo económico no perduran. Un amigo de verdad entenderá tus razones.
Si dices SÍ, considera lo siguiente:
1. Evalúa si tienes posibilidades de hacerlo.
2. Habla con tu pareja. Si compartes con ella dinero y proyectos, es importante que ambos estén de acuerdo.
3. ¿Si ese dinero no se te devuelve en el plazo esperado, puede traerte problemas? Presta sólo el que estés dispuesto a perder.
4. Sé claro en tus expectativas, términos y condiciones. Pon fecha límite de pago o un plan de pagos con calendario. Deja en claro que si no puede pagarte en la fecha acordada, te avise inmediatamente. Es mejor dejarlo en claro antes.
5. Si consideras necesario ponlo por escrito. Puedes pedirle que te firme un pagaré o un contrato. Aunque probablemente no llegues a buscar tu dinero por vías legales, siempre es preferible tenerlo escrito para que después no haya confusiones ni malos entendidos.
6. Si es alguien a quien aprecias mucho, considera si quieres prestarle o darle una cantidad sin que sea préstamo. Si está dentro de tus posibilidades y le tienes afecto especial, toma en cuenta la posibilidad de darle el dinero como un regalo. Si te lo regresa, qué bueno. Si no, siéntete con la satisfacción de haberlo apoyado en un momento de necesidad.
Reitero: no siempre prestar dinero puede ser una mala experiencia. Hay personas muy cumplidas, pero recuerda que prestar no es tu obligación; no te sientas culpable por decir NO. Una amistad condicionada no es sincera, y si es así ¿qué caso tiene? Llena tu vida de personas positivas. ¡Ánimo, y hasta la próxima!
Fuente: cesarlozano/ Dr. César Lozano