Lori decidió acudir junto a su madre y los niños a un centro comercial para festejar el quinto cumpleaños de Kyle. Cuando llegó el momento de partir, Lori acomodó a los niños en el automóvil, y empezó a conducir.
Pero en la vía, un camión embistió al coche de la familia, convirtiendo la parte trasera del coche en un amasijo de hierros. Los miembros de la familia tuvieron que ser repartidos en tres hospitales distintos.
Chris Coble estaba en el trabajo cuando recibió la terrible llamada. En cuanto llegó al hospital en el que estaba Lori, su mujer, le dijeron que Katie y Emma habían fallecido. Chris salió corriendo hacia el hospital en donde estaba su hijo Kyle, pero el cerebro del niño no estaba recibiendo oxígeno y tuvieron que desconectarle de las máquinas. “Puse mi mano sobre su pecho hasta que su corazón dejó de latir” relata el padre de los niños.
Dos días después tuvieron que enterrar a sus hijos, pero lo más difícil fue volver a su hogar. La quietud de su casa les atormentaba. Vivían encerrados y solían ir a la parte de atrás de su casa para no tener que escuchar a los niños del barrio jugando adelante.
Por suerte recibieron mucho apoyo de los vecinos. Lori y Chris hicieron un pacto, no se podían dejar vencer por la tristeza y debían ser fuertes el uno para el otro.
Tan sólo tres meses después del accidente decidieron tratar de tener más hijos y cuando Lori quedó embarazada recibieron un noticia asombrosa, iban a tener trillizos. Eso no es todo, los trillizos serían dos mujeres y un hombre, justo como sus hijos fallecidos.
Los trillizos Coble nacieron casi exactamente un año después del trágico accidente: Ashley, Ellie y Jake.
No importa cuán grande o devastadora sea una tragedia, siempre habrá una esperanza de que las cosas van a mejorar. Aunque todo parezca perdido, no hay que darse por vencido. Vivir el dolor de las penas, sin permitir que opaque el brillo de las alegrías es lo importante.
“Los trillizos no han sustituido a nuestros hijos perdidos. Nos ha llevado años sobreponernos al dolor. Pero son tres bendiciones desde el cielo. Dios no deja solo a nadie.” – Chris Coble (Padre de los niños Coble)
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