Mira la forma correcta de ponerle límites a tus hijos. Aún estás a tiempo

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Quienes tenemos hijos sabemos que son una gran responsabilidad. Aquello que les enseñemos o que vean en nosotros, marcará su vida y será lo que dicte si son hombres y mujeres de provecho o no.

Mucho se dice sobre la generación actual de padres, que si son demasiado permisivos, que por no dañar la autoestima y dejarlos disfrutar su niñez no limitan algunos actos que son realmente reprobables.

Algunos parece que hasta le piden permiso para hacer las cosas por no “ocasionar un trauma”, se sienten unos padres buenos y considerados pero quizá están dañando a sus pequeños y más adelante verán las consecuencias.

Al crecer los hijos piden permisos que los padres no quieren dar, pero son tan persuasivos que saben cómo convencerlos, los padres acceden y para sentirse bien dicen frases como “¡pero llega antes de la una de la mañana!” y claro que el joven o la joven llega a la hora de desea, lo que nos recuerda a la frase “más vale pedir perdón que pedir permiso”.

Brindar amor, cariño y respeto es la labor principal de los padres, es válido ganarnos su confianza y ser amigos pero no podemos valernos de eso para ser blandos y no establecer límites. Amigos podrán tener muchos pero madre y/o padre sólo uno.

Aunque no lo creas, el poner límites con amor es la clave de un buen desarrollo. Gran parte de la violencia que vivimos ha surgido por todos esos jóvenes a quienes sus padres no les dedicaron tiempo de calidad, no hablaron, no aprendieron valores y claro, no hubo debate o discusión sin enojo.

Te quiero compartir cuatro puntos fundamentales para establecer límites a nuestros hijos :

 

1.- Los límites no se negocian.

Debemos entender que los hijos necesitan estos límites, hay que establecerlos con amor, esta será la clave de un buen desarrollo.

 

2.- Sé firme y claro con las consecuencias

Los límites y las reglas se ponen antes, así que al momento de establecerlos también debes aclarar qué ocurrirá si no se cumplen, sobre aviso no hay engaño.

 

3.- Cumple aplicando la consecuencia

Gracias al amor que se siente por los hijos, a veces no somos capaces de cumplir la amenaza, esto solo provoca que los hijos nos tomen la medida, que no tomen los límites en serio y que las supuestas consecuencias no les causen el mínimo temor.

 

4.- Evita exagerar en los límites aplicados

No hagas amenazas con castigos que no podrás cumplir como “Si no recoges tu cuarto, nunca más en la vida te dejaré usar tus videojuegos”, ¿estás seguro de que nunca más en su vida?

Cierro con una frase que me gusta mucho de Abigail Van Buren que dice: “Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros”. La tarea de ser padres es difícil pero cuando pensamos en la vida que queremos para ellos o la clase de personas que queremos que sean, el panorama nos parece más claro ¡Ánimo! Hasta la próxima.

Fuente: cesarlozano/ Dr. César Lozano




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