El presidente nunca está solo en su puesto, bien sabemos que cuenta con su gabinete, con todos sus consejeros, asistentes, todo un mundo que está detrás de él y lo apoya en los momentos más difíciles. Pero tampoco nos podemos olvidar de la compañía de la primera dama.
Y de entre las primeras damas de Estados Unidos, realmente nunca había habido, ni habrá una como Michelle Obama.
Fue un pilar indispensable para la familia Obama.
Y fue la mamá de todos Estados Unidos también.
Ya fuera dando emotivos discursos.
Inspirando a tantos y tantos jóvenes.
O ya fuera apoyando a los que sirven en el ejército.
Nunca perdía la sonrisa.
Y siempre estaba ahí para ayudar al señor presidente.
En las buenas.
Y en las malas.
Siempre dispuesta a actuar.
Y a nunca quedarse callada.
Lidió con las personas más poderosas del mundo.
Y con los revolucionarios más importantes.
Siempre causando una sonrisa en el rostro de los demás.
Nunca dejó ella misma de disfrutar.
De permitir sacar su niña interior.
Y divertirse sin más.
E incluso cuando trabajaba bailando.
Intentaba que la gente de su país fuera mejor.
Fue mamá.
Fue cocinera.
Fue política.
Pero nunca dejó de ser ella, Michelle.
Fuente: perfecto.guru