Un vecino escuchó gritos y llantos en el piso de los ancianos, sin embargo, no se debía a ningún crimen o delito…
La noche del martes, la policía de Roma recibió una llamada. Unos vecinos habían escuchado gritos y llantos provenientes de un piso en su edificio.
Poco después, cuatro agentes se presentaron en la escena del crimen para descubrir que allí no había delito alguno sino algo mucho más complejo de resolver.
Lo que se encontraron fueron a Jole y a su marido Michele, dos ancianos de 84 y 94 años respectivamente, que veían la televisión.
En un momento dado, Jole le había preguntado a Michele que por qué había tanto odio aquel día en las noticias y, acto seguido, había empezado a llorar. A llorar tan fuerte que alguien se había asustado.
Aunque, observando más atentamente, los agentes se dieron cuenta de que algo no iba del todo bien… Sobre la encimera de la cocina, apenas había unas uvas maduras y muy pocos indicios de que nadie hubiera estado cocinando allí recientemente. Así que, mientras esperaban a que llegara la ambulancia para comprobar que los ancianos no corrían ningún peligro, les hicieron unos espaguetis con mantequilla y queso parmesano.
Además, mientras comían, se sentaron con ellos a la mesa. Tiempo en el que les contaron historias de sus 70 años de casados y se enteraron de que aquella era la primera visita que recibían en mucho tiempo.
Los ancianos se sentían solos y encerrados en casa debido a su avanzada edad y la tele se había convertido en su único contacto con el mundo exterior.
La policía de Roma ha querido mostrar esta tierna historia en su página de Facebook. No solo para dar cuenta de su labor social sino también para visibilizar un problema tan importante como es la soledad urbanita. Una compleja situación que afecta a muchos ancianos que ni siquiera tienen la suerte de que alguien llame a la policía por ellos cuando les escuchan llorar o cuando hace mucho que no los escuchan.
Fuente: playgroundmag