Los grupos de Whatsapp de madres y padres son lo peor que ha ocurrido a los colegios en años

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He visto conversaciones en Whatsapp que no creeríais. Riñas, cotilleos, recriminaciones y hasta amenazas judiciales… Casi siempre de espectadora pasiva e incrédula. En todo tipo de grupos. Pero si de algún lugar quiero escapar últimamente y aún no me he atrevido es de los grupos de Whatsapp de madres y padres del colegio: lo peor de los últimos años.

Porque si la comunicación pierde muchos sentidos cuando no estamos cara a cara, cuando en el grupo no conoces verdaderamente a muchos de los participantes puede haber malentendidos, presuposiciones y, lo que más me molesta, mensajes inoportunos, bien por el tema, bien por las horas… Porque, ¿qué pintan las cadenas o los chistes típicos en un grupo de Whatsapp del colegio?

¿No era un grupo del colegio? Para otros temas ya tenemos otros grupos, los de amigos, familiares, compañeros del trabajo… gente con la que tienes confianza y compartes de una manera diferente.

Responsables absolutos de los niños

Otra cuestión que no me gusta de los grupos de Whatsapp del colegio es que los padres se alzan como controladores absolutos de lo que tienen o no tienen que hacer los niños para el colegio. Me refiero a los “deberes” o trabajos, a las fichas, a los proyectos… Ya cuando crecen y empiezan a tener exámenes, circulan todo tipo de mensajes sobre lo que entra o no entra para la prueba y, de verdad, es estresante.

Te das cuenta de que la mayor preocupación es que a los niños no se les pase nada, pero, ¿no tienen ellos algo que decir? ¿No son responsables de lo que les piden en el colegio? ¿Alguien nos ha pedido a los padres que nos ocupemos de eso? Que no digo yo que nos despreocupemos de lo que tiene que hacer los peques, pero, ¿por qué no preguntarles a ellos primero?

Parece que todas las respuestas están en el grupo de Whatsapp, pero por mi experiencia muchas veces las cosas se lían aún más… Puede venirnos bien para recordar la hora de la reunión del cole si es que hemos extraviado la notita, pero, ¿de verad hay que preguntar todos los días si no hay deberes de mates o hasta qué página tienen que hacer de lengua?

Y luego, cuando algo de los deberes es un poco confuso o no se sabe la respuesta, también se consulta por Whastapp. ¡Les hacemos los deberes nosotros! Incluso cuando queramos ayudarles (yo soy la primera que echo un vistazo), ¿de verdad no hay otros métodos para intentar hallar la solución?

¿Qué harán nuestros hijos cuando vayan al instituto y tengan deberes más complicados? ¿Esperar a que se los resolvamos nosotros por Whatsapp? Me temo que para entonces ya tendrán ellos su propio grupo de Whatsapp, pero preferiría que tuvieran las herramientas necesarias para resolver sus dudas a través de otras fuentes…

Por ahora, prefiero que mis hijas no lleven los deberes un día o no los lleven al completo y las maestras les digan lo que tengan que decirles, seguro que van tomando responsabilidades y dándose cuenta de sus errores. No tenemos que anticiparnos a todo y, por el contrario, sí favorecer que sean autónomos.

Cuando son pequeños, en la guardería, es otro tema, pero conforme crecen los niños tienen que saber que tienen ciertas obligaciones, y nosotros apoyarles y ayudarles en lo que necesiten, pero no dárselo todo mascado. Han de entender que tienen nuestro apoyo pero también ciertas responsabilidades, pequeñas, a su nivel. Y que son capaces de ello.

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Madres del cole, ¿y los padres?

Uno de los grupos del cole en los que participo es solo de madres. Al principio, insinué que si es que los padres no se hacían cargo de sus niños, si no les interesaba lo que pasaba en el colegio. Porque vamos, padres sí que van a las reuniones o a recoger a sus niños… Pero se hizo oídos sordos.

De algún modo, este tipo de grupos me parece que perpetúan cierto machismo, porque ni la educación de los niños es solo del colegio ni, por supuesto, solo de las madres. Creo que los padres tienen todo que decir en este sentido, por eso me molesta mucho este tipo de grupos, que sé que abundan.

Lo mismo sucede con las quedadas que se suelen hacer. Madres y profesora (que cuando puede se escapa). ¿Y los padres? Ni siquiera los niños son tomados en cuenta para quedar fuera del cole, para divertirse un rato juntos, en otro entorno. En ese caso me apuntaría pero, de momento, no he ido a ninguna de esas quedadas… Seré la rara del grupo.

Eso sí, gracias a la profusión de mensajes y fotos del evento, parece que lo vivas en directo… Y si no has podido en el momento, ya verás los cientos de mensajes más tarde. En ese sentido, reivindico los “subgrupos” que se hacen para no molestar a la mayoría, cuando el tema (léase quedadas, cumpleaños…) no implica a todos.

Enfrentamientos entre padres

No hay peor cosa que asistir al enfrentamiento entre dos personas a través de la mensajería instantánea. Puede ser porque tu hijo ha hecho esto o lo otro, porque yo estoy a favor de los uniformes y tú no, porque pensamos diferente… Los motivos son múltiples, y aunque podemos no estar de acuerdo, el respeto es fundamental. Nunca escribas en un mensaje lo que no dirías a la cara. Y piénsatelo dos veces.

Con este panorama, no es de extrañar que algunos colegios hayan pedido un uso responsable y respetuoso de este medio de comunicación. Creo que aún queda mucho camino por recorrer en la mayoría… y en lo referido al respeto también se pierde en el apartado que comento a continuación.

Chascarrillos y críticas por doquier

Atención, que si aún no te han incluido en el grupo de Whatsapp puedes estar siendo objeto de todo tipo de chascarrillos por parte del resto. Tú o tus hijos. Yo que participo en dos grupos, uno por cada clase de mis hijas, he podido ver cómo en uno de ellos se ha despellejado a ciertas compañeras que después se sumaron al grupo. Este tema me da una vergüenza ajena tremenda y creo que debería haber hecho como alguna de las madres en aquel momento: salirme del grupo.

Pero lo vas dejando pasar y ahí estoy. En ese mismo grupo he asistido a bochornosos enfrentamientos por no haber pagado la cuota del cole, respuestas rotundas sobre tal o cual estado económico familiar y tristes respuestas que no tienen por qué hacerse públicas. Por suerte, este año se ha advertido: las que tienen que avisar a los papás que falten por pagar son las señoritas.

Estoy viendo el siguiente paso: comparar notas de exámenes, trabajos manuales… la competitividad que cada vez nos envuelve más, pero ¿de verdad pensamos en los valores que les inculcamos a nuestros niños?

Por otro lado, con unas cuantas maestras que han pasado por la vida de mis hijas, también he podido asistir alguna vez (por suerte casi nunca ha habido motivo) a un ataque contra ellas, las docentes. Que si dicen esas cosas por Wathsapp, qué no dirán en casa delante de sus niños. Pienso que podemos estar en desacuerdo con los métodos de determinados docentes, pero mejor hablarlo directamente con ellos, sin perder el respeto como parece que se hace a través del móvil cuando no nos leen.

Y ya, el colmo, no es cuando se habla de los métodos, sino de la persona en sí, si es más o menos simpática, si viste de un modo u otro…

No me extraña que haya maestros o maestras que al principio de curso digan que no va a dar el teléfono móvil a los padres. El “acoso” al que se verían sometidos no es poco… aunque seguro que, al menos, no los criticaban porque eso viene mucho mejor hacerlo cuando no se enteran. Solucionado: un grupo paralelo.

Yo, tal vez en otra vida, también negaría mi número de teléfono para estas cosas. Pero ahora es demasiado tarde… y me he visto sumergida en los peores grupos de Whatsapp del mundo: los de los padres y madres del colegio.

Fuente: bebesymas/ Eva Paris


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