Todos los estudios apuntan a que leer favorece la concentración, aumenta la materia gris del cerebro, hace que seamos más empáticos y tengamos más éxito profesional.
Leer es una actividad antinatural en el ser humano, pues nuestro cerebro no está acostumbrado a mantener su atención fija sobre un punto durante mucho tiempo: enseguida tiende a despistarse ante cualquier nuevo estímulo. Si no, haga la prueba: la próxima vez que viaje en el autobús cronometre cuánto tiempo mantiene su mirada fija en un lugar; no más de 10 segundos. Según el psicólogo clínico Vaughan Bell en University College de Londres, “la capacidad de concentrarse en una sola tarea sin interrupciones representa una anomalía en la historia de nuestro desarrollo psicológico”.
Sin embargo cada vez que empezamos a leer, el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro se pone en marcha, trabajando a toda velocidad para activar distintas áreas. Según el neurólogo Stanislas Dehaene del Collège de France “la capacidad lectora modifica el cerebro”. Al parecer, hay más materia gris en la cabeza de un “león” y más neuronas en los cerebros que leen. Y un dato más curioso todavía. Según la psicóloga Nicole K. Speer de la Universidad de Washington, al leer recreamos lo imaginado de tal forma que se activan las mismas zonas cerebrales que lo hacen cuando observamos algo que está sucediendo en la realidad: para nuestro cerebro leer una novela es lo mismo a estar viviéndola. Y no solo eso, según un estudio del psicólogo Raymond Mar de la Universidad de Toronto las personas que leen novelas son más empáticas que los que leen libros especializados o los no lectores.
También una persona que lee es mejor orador, pues ya lo decía Cicerón: “a hablar no se aprende hablando, sino leyendo”. Lejos de la imagen introvertida y solitaria que nos presentan las películas y series de televisión, en realidad aquellos que leen poseen más habilidades comunicativas. Y no solo eso. Durante más de 20 años un equipo de la Universidad de Oxford analizó los hábitos y actividades de casi 20.000 jóvenes con ánimo de conocer qué actividades predecían el éxito profesional al cumplir 30. Sólo la lectura pareció tener un impacto significativo en el éxito profesional: ninguna otra práctica, como hacer deporte o ir al cine, tuvo efecto alguno.
Fuente: muyinteresante