En nuestro tiempo en la Tierra, los humanos han provocado la extinción de varias especies animales. Sin embargo, de vez en cuando, hemos sido bendecidos con alguna segunda oportunidad.
Frente a la costa de Australia, en un pico azotado por el viento, en gran parte compuesto de roca inhóspita y conocido como la Pirámide de Ball, ha hecho una aparición sorprendente una criatura extraña y antigua.
Esta es la Pirámide de Ball. Descubierta por la armada británica en el año 1778, el pico de esta magnífica construcción geológica lleva a los 1.844 pies.
Si bien parece una lejana y puntiaguda guarida de dragón, en realidad es todo lo que queda de un antiguo volcán, y es poseedora de los últimos supervivientes de una especie animal muy especial.
La Pirámide de Ball está a únicamente 13 millas de la Isla de Lord Howe, que, cuando fue descubiertas por los exploradores europeos a finales del año 1.700, fue el hogar de una extraña criatura. Estos insectos negros y blindados tienen supuestamente la longitud de una mano humana y se les dio el nombre de “langostas de los árboles”.
Pero en el año 1918, las ratas negras que fueron transportadas en barcos, llegaron a la isla, y los insectos palo de la isla de Lord Howe dejaron de existir. El último de ello fue visto con vida en el año 1920.
Pero entonces, en el año 2001, dos científicos australianos, David Priddel y Nicholas Carlile, decidieron investigar todos esos rumores sobre los cadáveres de los insectos palo en la Pirámide de Ball.
Cuando estaban a unos 500 pies del pico más alto de la pirámide, encontraron lo que estaban buscando. Estaban reunidos en torno a un único arbusto, había una pequeña colonia de 24 insectos palo de Lord Howe.
Además, estos insectos eran tan grandes como las leyendas decían que eran. Algunos tenían hasta 6 pulgadas de largo, y ahora son considerados los insectos palo voladores más pesados del mundo.
“Cuando los vi y pudimos verlos de cerca, me sentí como si hubiera retrocedido a la era jurásica”, dijo Carlile, “cuando los insectos gobernaban el mundo.”
En los años transcurridos desde entonces, las autoridades de conservación han estado tratando de aumentar el número de estos insectos, teniendo cuidado con la pequeña colonia.
No hace mucho tiempo, fueron capaces de captar el nacimiento de una nueva generación de insectos en vídeo, y fue un momento realmente mágico.
Observando a estas pequeñas cosas saliendo de sus vainas de huevo, han llenado mi corazón de alegría. Extraños como son, es un verdadero milagro que se nos haya dado una segunda oportunidad para poder ayudar a estas criaturas.
Fuente: paraloscuriosos