- Antonia López, de 16 años, iba a enfrentarse a 20 años de cárcel acusada como adulta
- Debido a que no tenía antecedentes y a su estado mental, el caso cambió de tribunal
- El tribunal de menores tendrá jurisdicción sobre ella hasta que cumpla 19 años
- El 24 de marzo un juicio decidirá el futuro de la joven
- Previamente al cruel acto escribió a su novio: “Es una niña, por cierto”
Antonia López, de 16 años de edad y natural de Nebraska, EEUU, ha admitido haber lanzado a su bebé por la ventana inmediatamente después de dar a luz en casa. “Es una niña, por cierto”, llegó a escribir a su novio el día del terrible suceso. Su confesión llega justamente después de que su caso haya sido puesto en manos de un tribunal de menores, lo que supone que evitará la cárcel y la pena de 20 años entre rejas que pedían para ella inicialmente.
Los hechos se remontan a la mañana del 30 se septiembre de 2016. Fue entonces cuando Antonia López, de 16 años de edad y natural de Nebraska, Estados Unidos, lanzó a su bebé prematuro, recién nacido, por la ventana de un segundo piso, un terrible acto que ahora ha confesado.
En un primer momento, la joven se apresuró a negar que supiese que estaba embarazada antes de dar a luz al bebé –tras un periodo de entre 25 y 28 semanas de gestación, según informó la policía–, a quienes dijo que se levantó después de sentir mucho dolor y dejó una toalla en su cama pensando que le iba a bajar la regla.
Sin embargo, los mensajes que escribió a su novio aquel día sugieren precisamente lo contrario: que esperaba al bebé.
“ES UNA NIÑA, POR CIERTO”
Según estos textos, revelados en la sede judicial, Antonia escribió: “Estoy teniendo contracciones cada dos segundos. Me duele mucho”. “Estoy sufriendo mucho. Quiero que pare”, a lo que más tarde añadió: “Es una niña, por cierto”.
Más allá, el mismo día publicó un mensaje en Facebook: “¿Quién puede hacerme un gran favor y tiene un coche?”.
Tras ello, informa Omaha World-Herald, la joven llamó a su madre, a quien le contó el acto atroz que había llevado a cabo, y fue ésta quien informó a las autoridades de la muerte del bebé.
Así, Antonia y la recién nacida fueron trasladadas al Centro Médico de la Universidad de Creighton, donde se declaró la defunción de la pequeña, de aproximadamente 907 gramos de peso y 36 centímetros de altura.
EVITA LA CÁRCEL
En un análisis de los hechos, la joven fue acusada inicialmente como adulta, enfrentándose a una posible pena de 20 años de cárcel, pero finalmente fue transferida a un tribunal de menores.
Según explica el abogado del condado de Douglas, en Nebraska, Don Kleine, acordaron mover el caso a este tribunal después de valorar el estado mental de Antonia y sus acciones, además de comprobar que no constaba que tuviese ningún antecedente criminal en los registros de la base de datos.
“Es un caso horrible. Terrible. Para mí, después de profundizar en ello, el modo en que sucedió, no parece que sea algo que etiquetarías como un acto adulto específico. No fue algo planeado, que siguiese un proceso premeditado. Fue más una reacción de pánico”, explica Kleine.
De este modo, Antonia evitará la prisión, y en su lugar será sometida a tratamiento para rehabilitarla. Ello incluye pruebas de alcohol y drogas, evaluación psiquiátrica, atención escolar y vigilancia con monitorización electrónica, tal y como recoge KMTV.
No obstante, el 24 de marzo un juicio decidirá si la joven es puesta en libertad condicional, enviada a un hogar de acogida o a un centro de internamiento.
Por el momento, y hasta cumplir los 19 años, el tribunal de menores conserva su jurisdicción.
Fuente: telecinco