En tiempos pasados, antes del descubrimiento de la penicilina, la posibilidad de que los hijos superaran la primera infancia era bastante reducida, por lo que se tenían tantos como la naturaleza daba. Hoy en día el problema es otro: la vida moderna no deja ni tiempo ni recursos para criar tantos hijos, así que los métodos anticonceptivos son una preocupación constante de las parejas.
Para las mujeres se dispone de toda una serie de métodos anticonceptivos, pero para los hombres las opciones son pocas: preservativos, vasectomía o abstinencia. Pero las ciencias adelantan y ya se está trabajando en nuevos conceptos. No hace mucho se habló del Vasalgel, que no saldrá al mercado hasta el 2018 pero está dando buenos resultados en los ensayos clínicos. Sin embargo, como se administra en forma de inyección en los conductos deferentes, puede no resultar la opción más atractiva para muchos hombres.
Por eso es tan esperanzadora la investigación que están llevando a cabo en la Universidad de Virginia. Se trataría de una píldora anticonceptiva masculina, similar a la femenina pero sin alterar las hormonas y, por ello, con menor riesgo de efectos secundarios. Esta píldora se basaría en una enzima, la TSSK2, que interviene en la movilidad de los espermatozoides. Se ha comprobado en otros estudios que, careciendo de esta enzima, los espermatozoides son totalmente inmóviles y no tienen capacidad de fecundación.
Así que las investigaciones se dirigen a encontrar un fármaco que inhiba la TSSK2, que solo se produce en los testículos, con lo que el fármaco no tendría efectos en el resto del cuerpo. Los estudios siguen su curso, lo que agradecerán todos los hombres que preferirían tomar una pastilla anticonceptiva antes que tener que ponerse una inyección ahí.