Picasso nació con una deformidad por la que su criador lo abandonó en una perrera. Iban a sacrificarlo, pero ahora él y su hermano Pablo esperan felices a ser adoptados.
Pablo y Picasso nacieron en algún criadero ilegal en California. Al parecer, su criador consiguió colocar a toda la camada y embolsarse unos cuántos dólares con ello, exceptuando a Picasso. A él nadie quiso comprarlo.
Picasso nació con una deformidad muy evidente en su cara. Su mandíbula superior se gira bruscamente hacia la derecha, haciendo que su trufa esté completamente torcida en esta dirección. A causa de esto, algunos de sus dientes chocan con su paladar, haciendo que comer le sea más complicado que para la mayoría de perros. A parte de esto, Picasso es un perro perfectamente sano.
Viendo que con él le sería imposible sacar tajada, el criador decidió quitárselo de encima y abandonarlo en la perrera de Portville, donde rápidamente pasó a engrosar la lista de perros condenados a una injusta eutanasia. Poco después, la familia que había adoptado a su hermano Pablo también decidió deshacerse de él. Pablo y Picasso volvían a estar juntos, pero la vida de ambos tenía ahora fecha de caducidad.
Afortunadamente, cuando Liesl Wilhardt, directora ejecutiva de Luvable Dog Rescue (una organización de rescate de perros en Oregon) llamó a Portville, hizo una pregunta que cambió el destino de estos hermanos. “Estaba hablando con la voluntaria Shannon Corbit sobre los perros que iban a recibir y casualmente le pregunté si esperaban algún perro con una apariencia atípica o con necesidades especiales” explicó a The Dodo. “Respondió, ‘Bueno, de hecho, sí’, y me envió una foto de Picasso . Estaba enroscado en su cama. Se le veía muy triste. Su rostro torcido era muy llamativo, pero tenía unos ojos dulces y amables… para mí fue amor a primera vista“.
En cuanto Wilhardt supo que Picasso estaba en la lista de eutanasia, decidió acogerlo al momento. Y cuando más tarde se enteró de que su hermano Pablo estaba en las mismas, tomó la misma decisión. “No podía dejar atrás a su hermano para que muriera”.
Cuando los chicos llegaron al centro de acogida, nadie podía comprender como pudieron abandonarlos. Ambos son extremadamente dóciles y buenos, muy sociables con todo el que conocen, y se quieren muchísimo.
“Picasso y Pablo son mejores amigos y llevan muy mal estar separados” explicó Wilhardt. “Después de observarlos juntos un par de semanas creemos que lo mejor es que sean adoptados juntos”.
Curiosamente, Picasso es mucho más extrovertido que Pablo, que es más bien tímido. Picasso todavía necesita una operación para poder extirpar los dientes que se le clavan en el paladar, pero una vez que esté recuperado ambos estarán listos para empezar a conocer a sus potenciales familias. La asociación ya ha recibido múltiples solicitudes de adopción, pero han decidido tomarse su tiempo para escoger la mejor opción para ellos.
Fuente: playgroundmag