Paul Skinner es un inglés de 58 años; una mañana se paseaba en bicicleta junto a uno de sus amigos cuando algo extraño a la orilla del camino llamó su atención. Cuando vio que algo se movía la curiosidad lo obligó acercarse, descubrió que se trataba de un perro en aparente estado de abandono, y bajo este una bolsa con un contenido que nadie esperaba.
Paul se acercó cuidadoso y revisó dentro de la bolsa.
“La bolsa contenía cuatro cahorros muertos. Fue descorazonador. Tenía lágrimas en los ojos. No podía creer que alguien fuera tan inhumano como para hacer algo así”, comentó Paul a MetroUK.
De inmediato, el ciclista y su amigo alertaron a la policía y a un refugio de perros, quieren llegaron para rescatar al pobre animal.
Los veterinarios creen que los cachorros nacieron vivos aquella misma mañana, y que seguían vivos cuando los abandonaros.
“Es un incidente terriblemente molesto. Parece como que esta pequeña fue abandonada junto a sus cachorros recién nacidos”, comentó el inspector Harpy de la Policía.
En la madre pudieron encontrar un microchip pero, por desgracia, sólo llevó a la policía hasta el criadero original.
La perra se encuentra en buen estado de salud y fue llamada Carly por el equipo que la rescató, ahora se encuentra en un refugio, en dónde se le tratará con amor y nunca más será maltratada.
Por desgracia los cachorritos tuvieron un final terrible, pero esta madre fiel no se separó de ellos ni un momento (ni siquiera estando ya muertos) demostrando que el amor de una madre no es exclusivo de los humanos y que nuestras mascotas sienten dolor y tristeza.
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Fuente: porquenosemeocurrio