Usó un cuchillo de su cocina de juguete para darle el yogurt en la boca.
Mark Jones sufre de diabetes tipo 1 y hace algunas semanas se enfrentó al peor coma diabético de su vida. Sin previo aviso, sus niveles de azúcar en la sangre bajaron de forma dramática, dejándolo inconsciente mientras veía televisión con su pequeño hijo. Lenny-George, de sólo tres años, comenzó a ponerle yogurt con cereales en su boca con la ayuda de un cuchillo plástico de juguete como una forma de ayudarlo.
El niño, al ver a su padre inconsciente, habría tomado una silla, acercándola a la nevera y subiéndose en ella para poder alcanzar el compartimiento donde estaban los yogures. Poco a poco, Mark comenzó a tragar el yogurt hasta que llegó a recuperar la consciencia lo suficiente como para poder tomarse sus tabletas de glucosa.
La madre del pequeño, de 31 años, le aseguró al Daily Mail que se sentía extremadamente orgullosa de su hijo y que sabe que de no ser por él, las cosas podrían haber sido muy diferentes: su esposo podría haber muerto.
“Le salvó la vida. Mark sufre de diabetes tipo 1 y tiene que tomar insulina cuatro veces al día. Era domingo por la noche, tuve que ir a casa de mi madre que está a dos minutos de acá en auto y los dejé viendo CBeebies juntos”.
Sin embargo, el panorama que encontró cuando regresó era muy diferente:
“Llevaba unos 30 minutos fuera de casa. Cuando volví los encontré tendidos en el sofá, Mark no se veía muy bien así que les dije ‘¿Qué está pasando aquí?’ Lenny me miró y me dijo ‘acabo de salvar a papá’ y Mark dijo que era cierto, que así era”.
La señora Jones explicó que lo más sorprendente era que nadie le había mencionado al pequeño detalles sobre la diabetes de su padre. Tampoco habían discutido protocolos de emergencia en caso de que esto sucediera ya que consideraban que era muy pequeño.
“Lenny debe haber visto que cuando su padre se siente mal usualmente le doy algo del refrigerador. Si no tenemos barras de cereal en la despensa, entonces le doy un yogurt”.
Los grandes poderes de observación de Lenny y su capacidad para mantenerse calmado y tomar decisiones lo ayudaron a salvar a su papá. Sin duda son cualidades muy extrañas de encontrar en un niño de tres años, pero hay que agradecer al cielo que las cosas se hayan dado de esta manera.
Fuente: upsocl