Cuando encontraron a Skinny en el 2004, el gato pesaba aproximadamente 20kg. Tan solo caminar le costaba muchísimo trabajo y fue llevado a un albergue. Los veterinarios dijeron que era sumamente peligroso que el animal se encontrara en esa condición de sobrepeso.
Así fue como crearon un entrenamiento especial para ayudarle. Su nuevo dueño, se dio cuenta que el felino tenia una adicción a la comida (¿no les recuerda a Garfield?), así que no fue una tarea fácil hacerlo bajar de peso.
Principalmente, sus ejercicios son a base de caminatas en caminadoras eléctricas y otras bajo el agua, ¿divertido no?
También tiene sus horas de juego con otros gatitos, las cuales, aunque no parezca, lo hacen cansarse muchísimo y así lo ayudan a mantenerse saludable.
Fuente: perfecto.guru