Los coches son cada vez más ligeros y las carrocerías más delgadas y sofisticadas, lo que aumenta las probabilidades de sufrir una pequeña abolladura producto de una mala maniobra o un golpe fortuito.
Arreglar estos pequeños problemas cosméticos en el taller es demasiado costoso, por lo que incluso los conductores más cuidadosos acaban resignarse a convivir con estos pequeños golpes.
Afortunadamente existe un magnífico truco para arreglar abolladuras que podrás realizar tú mismo utilizando un secador para el pelo y una botella de aire comprimido.
Gracias al cambio brusco de temperatura provocado por el uso de estos objetos sobre la carrocería, el metal se contraerá y expandirá haciendo desaparecer la abolladura como por arte de magia.
Un truco increíble que podrás comprobar en el siguiente video, no te lo pierdas.