Hace ya más de un año, esta osa polar mandaba un mensaje al mundo, pero parece que nadie la ha escuchado, ¿qué está pasando?
Lamentable, es el único adjetivo que me viene a la mente cuando veo esta fotografía. Esta pobre osa polar famélica ha sido fotografiada por Kerstin Langenberger en Savalbard (Noruega) y describe a la perfección las terribles consecuencias del cambio climático.
Un cambio que ya se está produciendo y que, además de dejarnos cada vez más imágenes desoladoras, no parece que vaya a revertirse la tendencia a corto o medio plazo (tal vez ni siquiera a largo plazo).
Según explica Kerstin, cada vez encuentra más ejemplares de hembras en estas condiciones. A diferencia de los machos, que encuentran comida con más facilidad, las hembras se ven muy restringidas a la hora de salir a buscarla, porque deben permanecer en tierra para dar a luz a sus pequeños y desde ahí, es muy difícil conseguirla por culpa del retroceso de la capa de hielo, que les impide adentrarse en el océano para cazar.
La situación es tan dramática, que incluso existe un índice (actualmente en desarrollo) para catalogar el cuerpo de los osos polares:
Los osos polares recuperan en invierno las reservas de grasa que pierden durante la época de verano y de otoño. El problema es que el hielo se va retirando cada año más temprano, como consecuencia del cambio climático, por lo que los osos no pueden cazar sufiente comida como para conseguir esas reservas tan necesarias para los meses más duros del año.
Esto es un drama, especialmente para las hembras, que necesitan cuidar no solo de ellas mismas sino de sus crías.
“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha”, – Victor Hugo
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Fuente: muhimu