Karina Chikitova es una niña de 3 años que vive en Siberia con su madre. Un día, poco antes de su 4° cumpleaños, la pequeña decidió visitar a su padre, que vive en el pueblo de al lado. Muchas veces antes había caminado hasta allí sola para verlo. Pero cuando llegó al pueblo, su padre no estaba allí, así que decidió ir a buscarlo.
Un terrible error, porque se perdió en el gigante bosque siberiano. Incluso los adultos de la región entran en el bosque con armas porque está lleno de osos y lobos. Y ahora la niña caminaba sola por el bosque. Su único acompañante: su perrito. Pero, al final, es este el que decidió entre la vida y la muerte de la niña.
Los padres de Karina están muertos de preocupación y les remuerde la conciencia haber permitido que su hija saliera sola. Es el mes de julio y las noches son muy frías; a veces con temperaturas por debajo de los 0 grados. Incluso los grandes equipos de búsqueda vuelven sin encontrar a la niña. Primero pasa una semana, luego 10 días, y la esperanza de encontrarla con vida va disminuyendo poco a poco. Pero 11 días después de no tener señales de Karina, su pequeño y fiel perro, que partió con ella en busca de su padre, retorna al pueblo. Al principio los equipos de rescate interpretan esto como una mala señal.
Asumen lo peor: que Karina ha muerto en el bosque y su perrito ha vuelto. Pero cuando el fiel y peludo amigo de Karina se dirige de nuevo al bosque, un rayo de esperanza se enciende. Deciden seguirlo, y finalmente no pueden creer lo que ven sus ojos. La niña de 3 años está sentada en el bosque con expresión asustada. Está deshidratada, hambrienta y tiene mucho frío. Pero, por todo lo demás, la niña está bien.
Karina bebe agradecida el agua que le ofrecen y es llevada con sus padres rápidamente. Lo que esta cuenta la convierte en una verdadera superviviente y heroína: Karina se alimentó de bayas y agua del río, mientras su pequeño acompañante espantaba a los osos y lobos con sus fuertes ladridos. Por las noches se acurrucaban juntos para mantener el calor. Descalza y con solo una camiseta, logró sobrevivir en tales condiciones, duras incluso para adultos.
Gracias a su compañero de 4 patas, su viaje involuntario al bosque tuvo un final feliz. Los padres de Karina están felices de sostenerla en los brazos de nuevo. Para rendir homenaje al perrito, en el pueblo de Karina han erigido una estatua de este y la pequeña.
Karina se ha recuperado completamente de la experiencia y estará siempre agradecida a su gran amigo. No solo se mantuvo a su lado, dándole valor y calor, sino que volvió junto con sus rescatadores para devolverla sana y salva.
Fuente: nolocreo