Cuando Kiersten Miles, de 22 años de edad, comenzó su trabajo como niñera el verano pasado no tenía idea que terminaría salvando la vida de la niña pequeña que se suponía cuidaría.
Miles pronto se enteró que Talia Rosko, de tan sólo 9 meses de edad, sufría una rara enfermedad en el hígado que sólo afecta a los niños. Y al saber, tan sólo unas semanas después de empezar su trabajo como niñera, que Talia necesitaba un trasplante de hígado para poder sobrevivir, no sudó en investigar de inmediato si ella misma era donante compatible con la pequeña. Y es que, aunque era poco el tiempo que había trabajado con la familia, había creado ya un lazo muy especial con la bebé.
“A las dos o tres semanas desde que empecé a cuidar a Talia comencé a sentir curiosidad por la idea de un trasplante de hígado”, dijo Miles. “Hasta antes de conocer a los Rosko no sabía que era posible donar una parte de ese órgano. Siempre trato de donar sangre cada que puedo porque no me molesta y mucha gente puede recibir mi tipo de sangre. Después de investigar encontré que podía donar mis órganos a cualquier persona debido a mi tipo de sangre”
Farra y George Rosko, los padres de Talia estaban impresionado por la generosidad de la chica que apenas conocían. Ellos nunca le habían pedido que donara, ni a ella ni a nadie, y eso les conmovía aún más.
“Quería que estuviera segura; no era tan simple como donar sangre, se trataba de una operación seria y ella debería hablarlo con su familia primero. Me dijo que ya había hablado con su madre y que ella estaba de acuerdo; estaba muy segura de lo que quería hacer”, dijo Rosko.
Miles estaba segura desde el principio de lo que estaba por hacer; sin embargo, hubo sólo algo que la hizo dudar un segundo.
“Descubrí que nunca sería capaz de donar otra vez si hacía esto, pero realmente tenía que hacerlo”.
Aun así, decidió continuar y, luego de una operación exitosa de 14 horas en el Hospital Infantil de la Universidad de Pnsylvania ambas, Talia podía aferrarse a la vida una vez más.
Hoy Miles ya no trabaja para los Rosko, pero la relación que su acto desinteresado de generosidad ha logrado, seguramente durará para siempre. Ella ha dado esperanza a una situación que parecía no tenerla. Miles fue para Talia, en palabras de los Rosko “Un ángel caído del cielo”.
Y ahora es quizá nuestro turno de hacer algo por la increíble Miles, ¿recuerdas que Kiersten comenzó su trabajo de niñera para pagar sus estudios? Pues existe una campaña para recabar fondos precisamente para eso. Miles planea especializarse en educación especial y necesita de tu apoyo para lograr juntar el dinero que le ayudará a cumplir su sueño. Si quieres, y está en tus posibilidades hacerlo, puedes apoyar entrando AQUÍ.
Comparte esta hermosa historia de generosidad y amor hacia el prójimo. ¿Crees que tú hubieras sido capaz de actuar como lo hizo Kiersten?
Esta chica se merece todos los likes del mundo, no olvides apoyarla 🙂
No olvides apoyar a esta niñera con un Me Gusta y compartir este artículo.
Fuente: porquenosemeocurrio