Ashley McIntyre escuchó en una emisora de radio local la historia de un electricista de 25 años que sufría una enfermedad en el riñón llamada Nefropatía por IgA. Su nombre era Danny Robinson y nadie en su familia era compatible para una donación.
La historia de Danny le había impactado mucho, pues al joven le habían sucedido muchas desgracias a su corta edad. Ashley siguió el proceso muy de cerca a la vez que se informaba de todos los riesgos implicados en la donación de un riñón. Su filosofía estaba clara, quería dárselo porque realmente lo necesitaba.
Ashley y Danny
El proceso fue bastante formal – durante todo este tiempo Ashley sólo se comunicó con la madre de Danny – pero al final decidieron conocerse. Para ello se juntaron ambas familias en un restaurante. A pesar de los nervios, lograron conectar.
Después de la operación – que fue un éxito rotundo para ambos – ambos empezaron a verse más a menudo. Hasta que esta pasada Navidad Danny le pidió matrimonio a Ashley. Ahora esperan a su primer hijo, una niña que se llamará Berkli. Una historia apasionantemente surrealista llena de amor y generosidad.