Nadie sabe quién es el hombre de expresión melancólica que aparece en la borrosa fotografía sobre estas líneas, un «robado» en toda regla. Es posible que ni siquiera él mismo sea consciente de que, sin pretenderlo, se ha ganado miles de admiradores alrededor del planeta. Todo gracias a su comportamiento, tan generoso como enigmático y poco corriente. La historia, que vale la pena conocer, se ha hecho viral a través de la página de Facebook Love What Matters, donde acumula cerca de 400.000 «me gusta».

Según este relato, el misterioso protagonista entró hace un par de semanas en un restaurante llamado «Denny’s», en Utah. Nada más llegar hizo una curiosa petición a la encargada: si era posible, deseaba sentarse en una mesa en que la camarera que le sirviese fuese una madre soltera. Aunque extrañada por semejante solicitud, la encargada accedió y le señaló una mesa junto a una de las ventanas, donde sería atendido por una joven llamada Crystal.

El hombre permaneció en aquel lugar durante dos horas, observando a la gente que entraba y salía del local. Durante ese tiempo pidió pagar la cuenta de siete familias que acudieron a comer al restaurante, un total de más de 1.000 dólares. La encargada se acercó a la mesa para preguntarle por qué estaba haciendo aquello. Según ha confesado, la respuesta que recibió hizo que tuviese que salir corriendo a la parte trasera para derramar unas lágrimas. “La familia lo es todo y yo he perdido la mía”, explicó sencillamente el fascinante personaje.

La cosa no terminó ahí. Antes de irse del restaurante tan silenciosamente como había llegado, este «ángel», tal como lo define la encargada, tuvo un último y maravilloso detalle. Fue precisamente eso lo que llevó a esta mujer a compartir la historia a través de Facebook: quería que el héroe conociese el alcance y las consecuencias de su gesto, si por casualidad llega a leer su post en la red social. Reproducimos a continuación sus palabras.

«Sólo quería que supieras que Crystal, la camarera que pediste, estaba viviendo con su hijo en una casa de acogida mientras intentaba reunir unos ahorros para conseguir un hogar. Tu cuenta era de 21.34 dólares, pero gracias a la propina de 1.500 dólares que le dejaste se mudará la próxima semana a su nueva casa. Crystal me ha contado que la noche anterior rezó para pedir un milagro… y Dios te ha enviado a ti. Te fuiste antes de que pudiésemos darte las gracias. Espero que llegues a leer esto porque eres realmente una persona increíble y nos has robado el corazón. Gracias».