Es probable que si la humanidad prosigue por el mismo camino que hasta ahora, en el año 2050 encontremos más botellas plásticas que peces en el mar.
Pensando justamente en esto Miranda Wang y Jeanny Yao, dos estudiantes muy jóvenes pero que ya cuentan con el premio Perlman y con una beca de 400 mil dólares, desarrollaron una bacteria que convierte el plástico en agua y CO2.
La tecnología consta de dos fases. En un primer momento el plástico es disuelto gracias a la bacteria y sus enzimas lo catalizan convirtiéndolo en fracciones muy maleables, una vez hecho esto, empieza la segunda fase, en la que estos componentes se ponen en una estación biodigestora, parecido a una composta, donde se descomponen como si tratara de restos de comida. El proceso se lleva a cabo en un periodo increíblemente corto: 24 horas.
Aunque algunos críticos de la tecnología han sugerido que liberar una bacteria que produce cantidades masivas de CO2 para disolver plástico sería un error catastrófico que aceleraría el efecto invernadero, los beneficios de limpiar los océanos y ríos de basura podrían de hecho ayudar a reducir la temperatura del planeta.
Aquí puedes ver una conferencia dada por las dos jóvenes científicas chinas, en las que explican los alcances de su trabajo:
Fuente: perfecto.guru