“Estoy extremadamente agradecida por lo que Abbey hizo por mí. Esa chica es el espíritu Olímpico personificado”.
Las corredoras olímpicas Abbey D’Agostino, de Estados Unidos, y Nikki Hamblin, de Nueva Zelanda le demostraron al mundo que el compañerismo lo es todo en el que parece ser el momento más inspirador de estos JJ.OO. Las deportistas, quienes participaban en la prueba de los 5 kilómetros, tuvieron problemas cerca del kilómetro 3.2 cuando ambas chocaron y cayeron al suelo. El choque se debió a que Hamblin bajó la velocidad para evitar chocar a otra corredora y D’Agostino terminó colisionando con ella por la espalda.
Hamblin le comentó a la prensa que al principio no entendía por qué estaba en el suelo:
“Cuando caí repentinamente estaba como ‘¿qué está pasando?’ y de la nada sentí una mano en mi hombro y alguien que me decía ‘levántate, tenemos que terminar esto’. Estoy extremadamente agradecida por lo que Abbey hizo por mí. Esa chica es el espíritu Olímpico personificado”.
Ambas chicas lograron cruzar la meta, Hamblin en penúltimo lugar y D’Agostino en último lugar, quien mostraba claros signos de haberse torcido el tobillo.
La ganadora del evento fue Alamaz Ayana, de Etiopia, con un tiempo de 15:04, mientras que Hamblin terminó con un tiempo de 16:43 y D’Agostino, quien previamente había corrido los 5k en 15:03, terminó con 17:10.
Hamblin se quedó en la meta esperando a D’Agostino y cuando se encontraron las corredoras compartieron un emotivo abrazo.
D’agostino abandonó la pista en una silla de ruedas, pero la sonrisa en su rostro mostraba lo agradecida que estaba de que Hamblin la hubiese ayudado:
“Estoy muy impresionada, lo que hizo es muy inspirador. No la conocía, nunca la había visto antes ¿No es increíble?”
Lo mejor de todo es que a pesar de haber llegado últimas los jueces decidieron permitirles pasar a la final de los 5.000 metros, que se disputara este viernes 19 de Agosto. Sus respectivos países alegaron que un problema externo había afectado seriamente su participación en la prueba, por lo que se determinó que merecían la oportunidad de seguir compitiendo.
Puede que no hayan ganado el oro en esta prueba, pero su actitud es digna de una medalla.
¿Qué piensas tú? Si esto no te devuelve la fe en la humanidad, entonces nada lo hará.
Fuente: upsocl