“¿Acaso no se puede ser guapa y estar gorda?”

La activista bilbaína Ana Pizarro, The Duchess, protagoniza la campaña internacional de Amazon Fashion Europe y nos habla sobre’mujeres reales’, la guerra de tallas y el orgullo de ser curvy.

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“Me han dicho en contadas ocasiones lo de ‘eres muy mona, si adelgazaras serías mucho más guapa’. La sinceridad, por delante. La hipocresía no tiene cabida en el vocabulario de Ana Pizarro, conocida en la blogosfera como The Duchess. Ella, que protagoniza la última campaña de la división de moda europea de Amazon, se muestra orgullosa de sus curvas. “El problema es que siempre se ha relacionado la gordura con la fealdad y en esto los medios y el canon impuesto han tenido mucho que ver. ¿Acaso no se puede ser guapa y estar gorda?“, apunta. Pizarro se define como curvy –ese anglicismo que tanto se prodiga últimamente en las revistas de tendencias para reivindicar una necesaria amplitud de miras al idealizar el cuerpo femenino–, aunque reconoce que “no deja de ser un eufemismo“. Esta bilbaína –fotógrafa, modelo y conocida blogger– asegura que el adjetivo en ciernes no le molesta porque “se aleja del típico ‘gorda’ que muchas de nosotras estábamos acostumbradas (y aburridas) a oír en el instituto. Yo soy curvy y estoy gorda y ninguno de los dos términos me molesta porque es lo que soy. Otra cosa es que las palabras sean dichas con intenciones dañinas y en un contexto de crítica y de burla”, apunta. Pizarro pone rostro y voz al lema I wish I could wear (ojalá pudiese vestirme), la última campaña de Amazon que, bajo el incansable tirón del femvertising publicitario, centra su mensaje contra la tiranía de una talla única y hace hincapié en que cualquier mujer, sea como sea, puede sentirse guapa:

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En condición de activista plus size, la española ha dado el gran salto internacional compartiendo campaña con Marsha Campbel, conocida por su blog  Style of a London Tall Girl y la modelo albina Ingrid Behague Sockeel. El rodaje fue en Londres hace poco más de un mes y ha supuesto un cambio cualitativo en la carrera de esta joven de 22 años, que todavía ignora por qué Amazon se fijó en ella. “Desconozco cómo llegaron hasta mí y ciertamente aún sigo sorprendida de que me eligieran”, cuenta. Esta pelirroja comenzó en el universo blogger en 2011, animada por las publicaciones de Tavi Gevinson en Style Rookie y el trabajo de The Sartorialist. “Me motivaron a hacerme un blog propio. No le veía mucho futuro, así que decidí borrarlo y empezar de cero de una forma mucho más profesional y dedicada con The Duchess“. Fue entonces cuando creó su actual plataforma online, una suerte de diario personal y de estilo aderezado con reflexiones sobre feminismo y la imagen de la mujer en la cultura pop. “Intenté crear un espacio con otra perspectiva, unido a esa demanda de cambio con respecto a las tallas. Quería demostrar que a pesar de ser una chica plus size se puede vestir juvenil, a la moda y femenina“. Su desembarco en un gran campaña internacional llega en la polémica era del reinado de la ‘mujer real‘ en los medios de comunicación. Esa en la que se ha tiranizado el uso del photoshop y la concepción de unas medidas únicas como válidas.

Ella, que dice inspirarse en figuras como Candice Huffine, Tara Lynn o Ashley Graham, critica el déficit de presencia de mujeres fuera de la norma en la esfera cultural y social. “Queda mucho trabajo. Sí veo cambios en campañas, revistas, publicidad, etc. Pero no dejan de ser notica porque la situación no está normalizada, si fuera algo normal no habría necesidad de anunciarlo”, reconoce y, con mucha sensatez, apunta que “todas las mujeres somos reales, sin excepción. Lo que no es real es la forma de retratar e idealizar a la mujer en los medios. El hecho de imponer esa delgadez extrema como algo habitual y común es muy hipócrita“.

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Hace unos meses, las modelos plus size de la firma lencera Lane Bryant declararon la guerra a los ángeles de Victoria’s Secret con una campaña de lo más viral y que avivó la denominada guerra de tallas. Para Pizarro fue una estrategia de lo más acertada, aunque tiene ciertas reservas al respecto. “Mucha gente estaba harta de la hipocresía estética de Victoria’s Secret, yo incluida. Y no me pareció nada mal el hecho de que Lane Bryant plantara cara. Sí es cierto que esto ha podido generar un innecesario enfrentamiento entre mujeres que no lleva a nada y sólo suscita el tirar piedras contra nuestro propio tejado, pero considero que ya era hora de reivindicar la posición de la mujer curvy en el mundo de la moda“. Esa batalla contra el ideal de las maniquíes de complexión delgada ha salpicado a modelos como Blanca Padilla o Bridget Malcolm, que han manifestado públicamente sentirse acosadas y discriminadas por ser delgadas. “Sí es cierto que a muchas se les acusa de tener anorexia, cuando en realidad esa es su complexión. Ahí entiendo que manifiesten enfado. Lo que no tolero es que se denomine ‘discriminación’ cuando se critica esa constante y masiva apología de la delgadez que vemos en los medios. Yo me uno a esa crítica, pero no por ello discrimino a la mujer delgada”.

¿Es ofensivo definir a una mujer como ‘talla grande’ sólo por estar por encima de la 38? Pizarro cree que, en ciertos aspectos, sí, pero que “al final es un término que hemos tenido que acabar utilizando para reivindicar nuestra posición en el mundo. Es una forma de decir que estamos aquí“.

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