La imagen más desgarradora
No es normal ver un jugador llorar por algo que no sea perder o ganar un partido. Ayer Everton Luiz no pudo reprimir las lágrimas por algo mucho más importante que eso: haber aguantado lo inaguantable durante 90 minutos.
Durante todo el partido los ultras del Rad Belgrado, que se enfrentaba al equipo de Everton, el Partizan, se dedicaron a imitar el sonido de un mono cuando el brasileño tocaba el balón. Cuando el encuentro acabó, Everton no pudo esconder aquello que el cuerpo le pedía: hacer un gesto de reprobación, de hastío, hacia esos racistas, lo que desembocó en una batalla campal.
La imagen final, que debería de haber sido de alegría blanquinegra por haber logrado la victoria en la vuelta de la liga serbia tras el parón invernal, fue la de sus compañeros consolando a Everton, entre ellos la del portero Filip Kljajic.
Mientras, en el fondo de los ultras del Rad, conocidos como United Force y notables por ser una de las aficiones más ultraderechistas de Serbia, los jugadores saludaban y vitoreaban a quien había hecho llorar al rival.
“Amo a la gente de Serbia, por eso lloro”, diría después Everton.
Se da la circunstancia de que Marko Nikolic, el entrenador del Partizan donde juega Everton, fue despedido de su anterior club, el Olimpija Ljubljana, por conducta racista hacia uno de sus propios jugadores, el nigeriano Blessing Eleke, al que llamó ‘negro idiota’. Ahora, injustamente, defiende que el jugador también debe ser castigado en los despachos por su gesto.
Fuente: playgroundmag