Te sientes demasiado incómodo cuando alguien te abraza.
Eres el poco cariñoso, ese que con suerte da un abrazo de año nuevo o cumpleaños. Ese al que casi nadie recurre cuando necesita cariño, pues sabe que jamás se lo entregarás porque te incomoda. No eres una mala persona, simplemente el cariño y las muestras de afecto no son lo tuyo y no te sientes cómodo con esas demostraciones cariñosas y de contacto físico. Prefieres que te digan que eres frío y quedarte así.