La misma historia se repite generación tras generación en diferentes familias: el niño quiere tener un perro pero su papá no lo deja porque son muy sucios, cuesta mucho mantenerlos, siempre te están lamiendo, ladran mucho, son muy molestos; blah, blah, blah.
Una buena tarde un perro de la calle se para frente a la puerta, o un cachorro de ojos tiernos mira a papá y hace que su corazón se entibie y que su mente comience a dudar sobre las reglas que él mismo impuso. Muchos padres que se niegan a tener mascotas, pero el amor desinteresado de los perros siempre logra hacerlos ceder.
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1. “Aún no quiero un perro”, después de 2 años
2. “De verdad no quiero perros”… A la mañana siguiente
3. “¡Dije que no quería ningún maldito perro!”
4. Incluso se parecen
5. Los padres cambian de parecer tan rápido
6. Luego de insistir 3 años y de que se negara a tener un perro, él mismo la rescató
7. “A los 14 años papá tuvo un perro, pero el cachorro murió …
“… Ahora está listo para abrir su corazón a uno nuevo”.
8. No quería perros, y ahora me envía estas fotos mientras trabajo
9. “Mi padre, el hombre que jamás ‘tendría’ un perro”
10. “Él no es un perro, es parte de la familia”
11. “Mi papá no quería al perro, ahora lo ama más que a mi”
12. “No me gustan los perros, y Elly no cuenta”
13. “Mi papá no quería a esas ‘dos bolas de problemas’”
14. “No quiero un perro… No tendremos un segundo perro”
15. “Insiste que no le gustan los perros”
Fuente: recreoviral