Según varios estudios psicológicos, la falta de empatía es mucho más abundante entre los altos ejecutivos que en la población general.
Personas sin escrúpulos, frías, calculadoras, capaces de cometer las peores fechorías si benefician sus intereses… El perfil del psicópata suele asociarse al mundo del crimen, pero también abunda en ciertas profesiones liberales, como ha comprobado el psicólogo de la Universidad de Oxford Kevin Dutton tras entrevistar a 5.400 individuos con los más variopintos oficios. El ranking, según Dutton, quedaría de la siguiente manera: el primer lugar lo ocupan los CEO o máximos responsables de las empresas, seguidos por abogados, trabajadores de los medios de comunicación, comerciales y cirujanos.
Otro investigador, Robert Hare, estima que la típica carencia de empatía de los psicópatas se manifiesta en el 1% de la población general, mientras que el porcentaje se cuadriplica entre el gremio de los “jefazos”. Por su parte, el psicólogo australiano Nathan Brooks indica que entre el 3% y 21% de los altos ejecutivos presentan rasgos psicopáticos, una prevalencia similar a la de la población que cumple condena en las cárceles.
Ante la contundencia de las estadísticas y los estudios clínicos, el psicólogo Philip Zimbardo, de la Universidad de Stanford, ha elaborado una guía de urgencia para identificar si te ha tocado en (mala) suerte un jefe psicópata y te está contagiando sus inmorales métodos:
1) Deshumanización de los otros: como demuestra la historia reciente, considerar a los demás como subhumanos acerrea terribles consecuencias. Consignas como “hay que machacarlos” o “son ellos o nosotros” deben encender las alarmas.
2) Desindividualización (anonimato). La gente que se oculta tras una máscara no es de fiar, ya que alienta el comportamiento antisocial e irresponsable.
3) Difuminación de la responsabilidad individual. Es la mentalidad del linchamiento, cuando aceptamos la filosofía de “el fin justifica los medios”. Todos y ninguno somos responsables de la tropelía, porque es lo que hacen los demás.
4) Obediencia ciega. La dificultad de incumplir las órdenes, por muy descabelladas que sean, indica que estás siendo víctima de un jefe psicópata.
5) Acatamiento acrítico de las normas. Es difícil resistirse a este impulso fijado por la evolución, ya que la exclusión social era una condena de muerte en el pasado. Pero a veces debemos decir “no”.
Fuente: muyinteresante